"La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón."

Howard G Hendricks



domingo, 14 de abril de 2013

¿Cómo podemos ayudar a los chicos con conductas disruptivas?


En los centros educativos se tiene la percepción de que la agresividad es un fenómeno que va en aumento en los últimos años. ¿Funcionan los mecanismos que dispone el sistema educativo para tratar la agresividad? Quizás ha llegado el momento de buscar nuevos caminos...


Según el modelo humanista- estratégico, entendemos la agresividad como una conducta de  defensa que tiene la persona cuando siente dolor físico o emocional, cuando siente peligro. Esta respuesta es automática e inconsciente y tiene como resultado herir a otra persona, a ella misma o al entorno. 



Imaginaros… 

" Es como si en la pared de una habitación empiezan a  salir grietas. Primero poquitas, pero poco a poco van saliendo más grietas y se van haciendo más grandes, más grandes…Al final decidimos taparlas un poquito para que no afeen tanto la pared. Así que viene el pintor y tapa las grietas ¿Qué creéis que pasará?…Seguramente al cabo de un tiempo, estas mismas  grietas  u otras volverán a aparecer. ¿Qué es lo que pasa? Pues que el problema no está en las grietas, necesitamos encontrar qué es lo que las provoca para  hacerlas desaparecer.

Los comportamientos agresivos  de los chicos  se pueden comparar con las grietas de una casa. Podemos describir y explicar las conductas, los comportamientos, pero la manera como el joven se relaciona nunca es el origen del problema.

¿ Cómo podemos ayudarles?
  • la primera cosa que necesitan los adolescentes es sentirse queridos  y en gran medida esto requiere que los adultos sepan ponerse en su lugar para poder comprender qué les pasa. Debemos evitar las comunicaciones meramente racionales que provocan situaciones de tirantez y distancia, aunque tengamos toda la razón en aquello que decimos. Los adultos tenemos que escuchar más y juzgar menos. 
  • Para manejar las emociones tenemos los hechos. Los adultos somos un modelo y lo que hacemos tiene una gran importancia."Vale más un hecho que mil palabras, porque las palabras se las lleva el viento"
  • Tenemos que vigilar con las creencias negativas. Ellos pueden aceptar cualquier comentario con empatía  pero si sienten que los criticamos ante los otros, esto, aparte de tener un efecto negativo sobre su autoestima, genera incomunicación. 
  • Con los adolescentes a la hora de establecer límites es básico el pacto y la negociación siempre que sea posible. La negociación significa consensuar desde ambas partes qué haremos y cómo lo haremos y establecer unas consecuencias claras.     
  • Tenemos que ayudarles a tomar decisiones, a construir su criterio propio, su seguridad personal.  . Aprender a decidir de manera libre y madura, es decir, a partir de lo que uno QUIERE, escuchándose a si mismo ( no de forma obligada ni basándose en lo que le apetece).

Las intervenciones no tienen que ir dirigidas a cambiar las conductas porque aunque en algunos casos puedan funcionar temporalmente, como las  grietas, tarde o temprano, volverán a salir. Las soluciones deben orientarse hacia el origen del malestar, como puedo yo ayudar a este chico/a a sentirse querido,  a quererse, a sentirse bien.



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