"La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón."

Howard G Hendricks



jueves, 25 de abril de 2013

El maestro: modelo para los alumnos

“Excelente maestro es aquel que, enseñando poco, hace nacer en el alumno un deseo grande de aprender.” Arturo Graf (1848-1913) Escritor y poeta italiano.

  Cuántos de nosotros recordamos con cariño aquel maestro/a que en su día nos tendió su mano, nos ayudó, nos escuchó o simplemente nos mostró cariño. La labor del docente no se basa , únicamente, en ayudar al desarrollo de la inteligencia cognitiva; es importante no olvidar la inteligencia emocional. Los maestros tenemos, hoy en día una gran influencia sobre nuestros alumnos, somos modelos a seguir. No hay día que alguno de ellos no se fije en nuestra forma de vestir, en si nos hemos cortado el pelo, en el color de nuestras uñas…Si eso les llama la atención, cuanto más se la llamará nuestra manera de tratarlos. Si les pedimos respeto, comprensión, esfuerzo, entusiasmo… somos los primeros que debemos ofrecérselo. Un maestro/a que imparte sus clases imponiendo sus criterios, que no admite opiniones, que se muestra desmotivado va a transmitir ese mismo efecto a sus alumnos y posiblemente perderán todo el interés hacia él y hacia su asignatura. Es fundamental la vía relacional de influencia que el  maestro/a ejerce a través de su personalidad y su manera de relacionarse con los alumnos. Fundamental en todos los niveles del sistema educativo; ya que ambas, la técnica y la relacional, son complementarias para la adquisición de conceptos, procedimientos y actitudes, valores y normas que ayuden al alumno en su desarrollo personal y emocional. Aunque, a veces, resulte costoso o difícil, debemos atender la singularidad de cada alumno, cubrir los objetivos curriculares y tener en cuenta el resto de dimensiones del ser humano.












Por todo ello, como maestros, debemos tener en presente:

  • La relevancia de nuestro papel como modelo para el alumno.
  • Nuestra relación con los alumnos ayudan a la mejora de las expectativas de ambos.
  • Debemos crear un ambiente cálido y acogedor en el que los alumnos se sientan seguros y en el que se atiendan sus necesidades.
  • Iprescindible ayudarles a crear una imagen positiva de sí mismos. Reforzándoles y generando expectativas de logro adecuadas para que se sientan aceptados.
  • Importante respetar el ritmo de adaptación y aprendizaje de cada uno.
  • Lo que nosotros les demos, es lo que vamos a recibir de ellos.

No debemos olvidar lo que tenemos en nuestras manos. De nosotros dependerá, en gran parte, no sólo su futuro sino su manera de ver y vivir la vida.

Os dejo con esta “Carta de un alumno a su profesor”, sacada de youtube



Dibujos de Rocío Sánchez




domingo, 14 de abril de 2013

¿Cómo podemos ayudar a los chicos con conductas disruptivas?


En los centros educativos se tiene la percepción de que la agresividad es un fenómeno que va en aumento en los últimos años. ¿Funcionan los mecanismos que dispone el sistema educativo para tratar la agresividad? Quizás ha llegado el momento de buscar nuevos caminos...


Según el modelo humanista- estratégico, entendemos la agresividad como una conducta de  defensa que tiene la persona cuando siente dolor físico o emocional, cuando siente peligro. Esta respuesta es automática e inconsciente y tiene como resultado herir a otra persona, a ella misma o al entorno. 



Imaginaros… 

" Es como si en la pared de una habitación empiezan a  salir grietas. Primero poquitas, pero poco a poco van saliendo más grietas y se van haciendo más grandes, más grandes…Al final decidimos taparlas un poquito para que no afeen tanto la pared. Así que viene el pintor y tapa las grietas ¿Qué creéis que pasará?…Seguramente al cabo de un tiempo, estas mismas  grietas  u otras volverán a aparecer. ¿Qué es lo que pasa? Pues que el problema no está en las grietas, necesitamos encontrar qué es lo que las provoca para  hacerlas desaparecer.

Los comportamientos agresivos  de los chicos  se pueden comparar con las grietas de una casa. Podemos describir y explicar las conductas, los comportamientos, pero la manera como el joven se relaciona nunca es el origen del problema.

¿ Cómo podemos ayudarles?
  • la primera cosa que necesitan los adolescentes es sentirse queridos  y en gran medida esto requiere que los adultos sepan ponerse en su lugar para poder comprender qué les pasa. Debemos evitar las comunicaciones meramente racionales que provocan situaciones de tirantez y distancia, aunque tengamos toda la razón en aquello que decimos. Los adultos tenemos que escuchar más y juzgar menos. 
  • Para manejar las emociones tenemos los hechos. Los adultos somos un modelo y lo que hacemos tiene una gran importancia."Vale más un hecho que mil palabras, porque las palabras se las lleva el viento"
  • Tenemos que vigilar con las creencias negativas. Ellos pueden aceptar cualquier comentario con empatía  pero si sienten que los criticamos ante los otros, esto, aparte de tener un efecto negativo sobre su autoestima, genera incomunicación. 
  • Con los adolescentes a la hora de establecer límites es básico el pacto y la negociación siempre que sea posible. La negociación significa consensuar desde ambas partes qué haremos y cómo lo haremos y establecer unas consecuencias claras.     
  • Tenemos que ayudarles a tomar decisiones, a construir su criterio propio, su seguridad personal.  . Aprender a decidir de manera libre y madura, es decir, a partir de lo que uno QUIERE, escuchándose a si mismo ( no de forma obligada ni basándose en lo que le apetece).

Las intervenciones no tienen que ir dirigidas a cambiar las conductas porque aunque en algunos casos puedan funcionar temporalmente, como las  grietas, tarde o temprano, volverán a salir. Las soluciones deben orientarse hacia el origen del malestar, como puedo yo ayudar a este chico/a a sentirse querido,  a quererse, a sentirse bien.



jueves, 4 de abril de 2013

¿Cómo podemos enseñar a los alumnos que no quieren aprender?



La clave de todo está en la educación. La educación moderna presta atención al desarrollo del cerebro y del intelecto, pero esto no es suficiente. Necesitamos también desarrollar una bondad cálida en nuestro sistema educativo. Y lo necesitamos desde preescolar hasta la universidad.
Dalai Lama


Juan Vaello Orts es experto en cuestiones relacionadas con los conflictos en el aula, la potenciación de las habilidades sociales y emocionales del alumnado y la mejora del nivel de atención y motivación  para avanzar en la consecución del éxito educativo.
Escuchar y leer a Juan Vaello te abre nuevos caminos, te aporta optimismo e ilusión. Cada conflicto en el aula es una señal de carencia socio-emocional, una señal de debilidad. Estas carencias solo pueden ser  subsanadas mediante actuaciones debidamente planificadas desde el centro, que persigan no sólo la resolución de conflictos sino el fortalecimiento de hábitos sanos de convivencia. Abordar los conflictos con humanismo, con empatía, con respeto a los alumnos, nos abre las puertas a una nueva educación, una educación que deje de centrarse en el rendimiento académico y acompañe a cada alumno a encontrar su propio camino como persona. 

Ponencias que no os podéis perder:

 "Cómo dar clase a los que no quieren" (1h 56 min)

"La gestión del aula desde un enfoque preventivo" (1h 27 min)
http://www.youtube.com/watch?v=YRJGvdGxD6A&feature=player_embedded#!


Libros publicados:  


  •  VAELLO ORTS, J. (2003): Resolución de conflictos en el aula. Santillana.
  •  VAELLO ORTS, J. (2005): Las habilidades sociales en el aula. Santillana.
  •  VAELLO ORTS, J. (2007): Cómo dar clase a los que no quieren. Santillana.
  •  VAELLO ORTS, J. (2009): El profesor emocionalmente competente. Graó.




"El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas." William George Ward